POR TU BIEN

—Hmm.—Supongo que tienes razón—le respondí.

Después de eso hablamos de otras cosas y luego su reloj sonó.

—Oh, creo que es hora de irme a la escuela—dijo levantándose.

—Oh, está bien, entonces, vamos—le dije.

—Espera, ¿me estás siguiendo a la escuela?—preguntó.

—Umm, sí, sí, te estoy siguiendo ...