Capítulo 8.

El ruido de la puerta de mi habitación al ser aporreada me sacó de mi sueño semi profundo.

-¿Hija? ¿Chico humano? ¿Se encuentran bien?

Sentí una ligera sábana cubrir mi cuerpo, pero no tenía ni la voluntad ni las ganas de moverme ni un milímetro.

-Muerta. - Gemí sin abrir los ojos.

A mi lado, ...