Su dolor

Daisy

Observo cómo me miran. No sé qué hacer o decir, ya que cualquier cosa ahora mismo lo arruinará todo. Todavía puedo ver la maldita mano sin dedos en la caja. No me siento bien, para nada.

—Daisy, por favor. Te estamos dando una oportunidad aquí —Marcello me mira.

—¿Una oportunidad? Una op...