Capítulo 37

Sentada en una sala de la comisaría, el hombre que me entrevistó vuelve a entrar con unos papeles en la mano. Estoy acurrucada en un sofá, con el brazo de mi madre alrededor de mis hombros mientras me consuela.

—Bien, señorita Boston, hemos corroborado su historia. Muchas gracias por cooperar. Espe...