9

Al día siguiente volví al club, buscando a Fabien, pero no estaba por ningún lado. Necesitaba recuperar mi teléfono, no podía dejar que viera lo que estaba en él, era demasiado vergonzoso.

Me acerqué a Salomé, que se veía muy molesta, y la miré.

— Acompáñame, por favor — le rogué.

Ella frunció el...