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Después de lo que pasó con Luigi, me di a la tarea de investigar sobre Coppola, y para mi suerte, uno de los hombres de confianza de él frecuentaba un bar. De inmediato pedí trabajo y para mi suerte me lo dieron.

El hombre de Coppola ya estaba allí, en uno de los privados. Odiaba con el alma hablar...