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Caminé a la oficina de Piero y entré. Él estaba atendiendo una llamada, así que me senté frente a él y esperé.

— ¿Qué haces aquí? —me preguntó de mal humor después de colgar.

— Quería ver cómo estabas. ¿Ya le diste el mando a Silvio? —le pregunté mientras reía.

— Padre quiere mandarlo a matar, so...