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Todo era un desastre. Los estruendos de disparos llenaban el aire, y yo estaba muerta de miedo. No por mí, sino por él. Fabien estaba sangrando demasiado, y todo era culpa mía.

Piero se acercó a nosotros y levantó a Fabien. Jacob también se aproximó, y los cuatro salimos del jardín. Nadie sabía de ...