Maldita sea mi suerte

Salir del confort de Adam fue devastador para mi, unido a todo lo demás que estaba pasando.

Irme no fue fácil, pero sí necesario. No todo lo imprescindible es fácil, sin embargo no podemos luchar contra eso. Yo tenía que irme. Y me fuí.

Mientras el auto iba en retroceso, mis lágrimas salían s...