Lección 8- Mantén tus manos quietas, a menos que choques los cinco con alguien.

Me acerco a Torin y le doy una palmadita en el brazo para llamar su atención. Él me mira y puedo ver la frustración en la tensión de su mandíbula. Sí, no hay manera de que alguien venga a pedirle bebidas. Ya da bastante miedo cuando NO está frustrado y molesto.

—Déjame intentarlo. No creo que queda...