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Vi a David de pie con un vodka con tónica en la mano, el resplandor cobrizo de la lámpara art déco proyectando un halo alrededor de su cabeza. A su lado estaba su maletín de cuero vintage, un regalo de su madre cuando aprobó el examen de abogacía.

—Oye, ¿no se supone que deberías estar en el tribun...