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M A T T H E W

Entré al gimnasio de Bob y de inmediato me golpeó el olor masculino de los gimnasios de la vieja escuela que no había olido en años: sudor, testosterona, colchonetas de gimnasio y calcetines sucios.

Me enorgullecía de tener los establecimientos más limpios y modernos, con artículos d...