Veinticinco

Capítulo 25

—¡Oh Dios mío!— Se desmayó... no, casi se desmayó. El corazón de Angelina casi se le salía del pecho, su estómago daba vueltas de emoción mientras su piel se estremecía, haciendo que su respiración se entrecortara. Sus ojos se dilataron de emoción y su rostro enrojecido delataba su timi...