Te quiero, Luciano

¡Maldita sea!

Me estremecí al ver la pistola en la mano de Luciano. Por un momento, pensé que realmente me dispararía, pero su rostro decía lo contrario. Parecía que esperaba escuchar algo más.

¿Por qué demonios no estaba haciendo nada?

Luciano tenía una expresión severa y podía ver que quería un...