No hay vuelta atrás

Finalmente había llegado el día que tanto había esperado y la idea de ello me hacía sentir una oleada de emociones.

Me senté en silencio y dejé que la maquilladora aplicara el maquillaje en mi rostro.

No podía creer que realmente estaba sucediendo —mi día de boda— pero si había algo por lo que est...