La llamada

Me senté tranquilamente en la cama y usé mis manos para sostener mi cabeza. Había tantas cosas pasando por mi mente que ni siquiera podía pensar con claridad.

Estaba pensando en cómo escapar, qué hacer y simplemente cómo sobrevivir un minuto más en este lugar. Bostecé ruidosamente, no porque tuvier...