Serás un gran padre

Doblé la ropa y la puse en la pequeña bolsa. Doblé una camiseta sin mangas y luego me detuve a pensar en qué más necesitaba agregar.

La puerta chirrió al abrirse y Luciano entró con paso firme. Me giré en su dirección y fruncí el ceño.

—¿Por qué no tocaste? —le pregunté.

Él se burló y eso hizo qu...