Capítulo 90

Estaba a punto de suplicarle que se callara hasta el amanecer, solo unas pocas horas miserables para darle un respiro a su corazón destrozado, pero ella abrió la boca primero.

—¿Irás conmigo a la comisaría mañana?

Atónito, la miró sin parpadear.

—Para dar una declaración oficial para que puedan a...