Olvídate

Él

Me senté al borde de la cama, con la cabeza entre las manos y una sábana ligera cubriendo mi regazo. La luz de la luna iluminaba la habitación, haciendo que mi sombra apareciera en el suelo.

Miré hacia atrás, inhalando bruscamente al ver a Inesa durmiendo plácidamente. Su pecho desnudo subía ...