Gracias

Ella

Sus ojos vagaron, enfocándose en mis labios. Había una vacilación, sin embargo, en la forma en que me miraba. El zumbido en mi cabeza era fuerte y el sabor del licor era amargo en el fondo de mi garganta.

—¿Me amas?

Pasé mi mano por su mejilla, dejando que mis dedos se hundieran en la suav...