¿Por qué?

Pasaron dos días... pero nada cambió para Jule, quien seguía sentada frente al mismo espejo en el que había estado durante tres días seguidos.

Una nueva mañana, un nuevo día rutinario viviendo con una criada loca.

—¡Señorita? ¡Señorita!

Hablando de la criada, es demasiado ruidosa para los pobres ...