Ochenta y uno

Joshua

—¿Qué demonios estás diciendo? —Mark seguía mirándome confundido, sin entender nada, incluso después de que le dijera que Cassandra estaba allí conmigo en mi casa—. ¿Por qué estaría Cassie aquí? —Solté una risa cínica, burlándome de su cara. Era simplemente agradable quitarle la arrogancia d...