110. Epílogo

  1. Epílogo

—Un año después—

—Jacob—

Mi teléfono suena por tercera vez y pongo los ojos en blanco. ¡Dios mío...! ¡Ten paciencia, chica! Saco mi teléfono y lo reviso de todos modos. Solo para asegurarme de que no tenga alguna noticia sorprendente de último minuto.

Mi-Novia-Impaciente: «¿Dónde demoni...