49. Tanto que duele (2)

Pero tal vez no era tan fuerte como intentaba ser.

En cuanto su mano tocó la mía, toda esa determinación se desvaneció. Fue como si se hubiera activado un interruptor dentro de mí, encendiendo una llama que ardía más brillante que nunca.

Con una urgencia que no podía explicar, la empujé contra un ...