Está en lo cierto.

—La puerta está abierta para ti. Entra ahora mismo —ordenó Nathan. Cada vello de mi cuerpo se erizó con una excitación nerviosa. Estaba listo para mí. Lo podía sentir en su voz. Me lamí los labios y empujé mi vestido hacia abajo para mostrar más escote. Funcionó perfectamente, y mis pechos redondead...