Capítulo 84: Un triángulo amoroso

Ardal

Jack consulta con Kadeem sobre el itinerario, mientras los niños corren como animales salvajes, excepto Erbao, que pronto se cansa y se deja caer en la acera a la sombra.

Me siento a su lado y le ofrezco mi bolsa abierta de palomitas, pero él niega con la cabeza.

—¿Mamá?

Me meto un trozo d...