28. Entonces, ¿somos amigos?

RIVER

El pecado mortal no podía contener la emoción y la pura felicidad que sentía. Aunque Bea resistía su agarre, River no podía soltarla, ya no más. El único pensamiento que corría por su mente era a dónde irían y si le daría a la Reina Eve el placer de conocer a su hija. Él fue quien la enco...