Capítulo ochenta y dos: El primero de muchos

Elijah y yo dormimos hasta el amanecer y Nuria nos despierta para empacar y partir. Continuamos por la orilla, dirigiéndonos hacia el este. Mantenemos los ojos abiertos en busca de cualquier señal de vida. Recordaba no haber visto nada durante semanas. Pienso en la última vez que estuve en este cami...