Capítulo sesenta y nueve: Fuego

Siento una lágrima rodar por mi mejilla al darme cuenta del don de la inmortalidad que no sabía que tenía, pero que debería haber sabido basándome en lo que he aprendido hasta ahora.

Miro a Nuria asustada, no me había sentido así en años. Aprendí a lidiar con mis miedos cuando vagaba sola. Sin emba...