Capítulo cuarenta y siete: Agua

Ni siquiera me di cuenta de que Lukas había puesto su mano en mi hombro, ya que estaba sumido en mis pensamientos sobre lo que acababa de suceder. El agua imitaba, a su manera, mi enojo. Quería aprender más, pero también quería ser cauteloso. ¿Hasta dónde podría llegar esto?

Me giro lentamente haci...