Capítulo catorce: La decisión

Me siento en la cama una vez más, pensando en las opciones que tengo por delante. Me recuerdo a mí mismo que este lugar está rodeado por muros bastante altos, unos que no podría escalar, al menos no fácilmente.

—También está ese oso que vimos —me recuerda Atenea.

—Sí, pero ¿era un oso? No pude ver...