La guarida

—¿Qué demonios es este lugar? —susurré mientras deslizaba la linterna por la ominosa habitación.

Las paredes estaban hechas de tierra roja. Busqué túneles u objetos en la pared que pudieran abrir un pasaje para escapar. Caminé hacia el trono. Esperaba que un lobo cobrara vida y me atacara. Extendí ...