Alfas melancólicos

Me mordí las uñas mientras Gabe nos llevaba de regreso al castillo. No hice trampa. Salvé a su hermano. Dos cosas diferentes.

—Relájate —rió Gabe.

—¿Relajarme? ¡¿Cómo?!

—Estoy bien y casi me mató el veneno híbrido.

—No debería haberte besado.

—Sabes que si no lo hubieras hecho, habría muerto.

...