Comida para presos

Me apoyé contra las frías paredes grises durante horas. El desayuno en el suelo se había enfriado. Me quedé despierta hasta que mis piernas amenazaron con fallarme. Me acomodé en el suelo húmedo, lleno de excrementos de ratas y fluidos que no podía identificar. Subí mis rodillas hasta mi pecho y abr...