Capítulo 18: Brillos buenos y espantosos

—La tormenta causó muchos daños anoche —dijo Dean.

—¿Por favor dime que hay una puerta trasera? —suspiré.

—No necesitamos una puerta trasera.

—Sí, no es como si los árboles hubieran bloqueado la mitad de la puerta.

—Confía en mí en esto, Lobita.

Me senté en el suelo con las piernas cruzadas mientra...