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Rhonda se subió a la cama, arrodillándose sobre el cuerpo de Sharon.

—Voy a hacerte sentir tan bien que pensarás que estás en el cielo —susurró con voz ronca.

Se inclinó y besó sus labios. Sharon se quedó quieta, temblando durante los primeros segundos, pero el beso de Rhonda era insistente y, eve...