Capítulo doscientos ochenta y seis

Adrik

—Jefe, ¿alguna novedad? —Contestó al primer timbrazo. Sonaba preocupado.

—Está bien, Trino. Va a necesitar quedarse en el hospital unos días. Armando la golpeó antes de que pudiéramos llegar a ella —dije.

—Espero que ya esté muerto.

—Ojalá lo estuviera, te lo aseguro. Pero sigue vivo. Plane...