Capítulo 32

Miya se niega a decirme algo más, así que decido irme; no tiene sentido insistir en el asunto cuando claramente ha llegado a odiarme. Una vez me preguntó si yo era el enemigo, y le dije que no, pero tal vez lo era. Tal vez yo había causado todo esto.

Salgo de nuevo al aire libre, los fríos vientos ...