72 - Siempre fuiste tú

Helena no sabía cuánto tiempo llevaba abrazando sus rodillas y escondiendo su rostro entre ellas.

No quería aceptarlo, no quería creer que todo ese tiempo Sebastián la había endulzado con sus hermosas palabras solo para acostarse con ella.

—¡Maldito! —murmuró con voz quebrada.

«Esto es todo tu cu...