33- Agradecidos

La rubia se arrastró por la cama hasta quedar sobre sus piernas, sonrió felinamente y se lamió los labios voluptuosos, deseando la carne de su esposo. Tomó sus fuertes manos y las hizo descansar sobre sus pechos. El CEO comenzó a masajear, sabiendo que la rubia quería eso, quien mordía su labio con ...