25- Todo será mío

—No, David, por favor vete...

—¡Deberías estar agradecida por lo que te estoy ofreciendo! ¡Agradécemelo! Realmente no entiendo... todos tus problemas se resolverían...

—No... —exclamó Helena en un susurro, ya no viendo a su amigo de toda la vida frente a ella. El rostro de David se había distorsio...