Sesenta y uno. Cómete todo tu corazón, Proteus

Pensé que escuché a Jase llamándome, el único rayo de luz en esta oscuridad interminable que me ha mantenido muda y dócil durante lo que ha parecido una eternidad. Sé que está ahí. Puedo sentirlo, justo a mi lado, sosteniendo mi mano...

Sin embargo, todavía no puedo abrir los ojos, y pronto su mano...