Cincuenta y tres. Traición final

—Oye, hombre. Yo, eh... —No puedo escuchar bien lo que Nick tiene que decir en esos primeros segundos, mientras entro por la puerta de nuestro apartamento y veo a Cassi desplomada en nuestro sofá, con los ojos cerrados y la piel tan espantosamente pálida...

Corro hacia su lado en un instante, ponie...