Cincuenta. Charla de chicas y viajes de culpa

Ni loca me quedo aquí en esta trampa obvia. Ya he abandonado mi forma de gatito y he vuelto a ser una sombra pura e intocable. Ravenna levanta los ojos al techo con exasperación.

Es absolutamente frustrante verla allí, descansando en la cama de Jase, vistiendo nada más que un camisón de satén. Lanz...