Capítulo veinticuatro

Kenna

—Tengo una pregunta —dice Aidan, haciendo que me gire y lo mire mientras estamos sentados en lados opuestos de la noria; observando a la multitud abajo, viendo cómo los humanos somos bastante pequeños pero tenemos grandes sueños, aunque algunos incluso puedan tener un gran carácter—. ¿Por qué...