Capítulo dieciséis

Kenna

—Tienes que admitirlo, eso fue gracioso —dice Dimitri en cuanto entro al apartamento, rodando los ojos pero lentamente curvando mis labios en una sonrisa—. Se estaba poniendo todo rojo si no aparecías —añade antes de echar la cabeza hacia atrás en carcajadas.

Recordar cómo Noah empezó a frus...