Capítulo catorce

Aidan

—Podemos hacerlo. ¿Qué tan difícil puede ser? —dice Kenna mientras toma otro sorbo de su vino antes de cerrar la puerta detrás de nosotros con el pie, dejándonos solos en una suite—. Ambos somos adultos en esta situación. Ya no somos niños —continúa hablando.

—Exactamente. No estoy dudando d...