10. Señora delegada

Parece que el aire en la habitación se solidificó por unos segundos.

Ella frunció el ceño, no esperó a que él respondiera.

—Acepto —dijo al fin.

El hombre asintió, satisfecho.

—Dos puntos importantes. Primero, solo Dynarys, Cillum y yo conocemos tu propósito. Lo mantendrás así bajo pena de muerte...