Capítulo 22

—¿Estás lista para más?

Sabía que si decía que no, él se detendría. Ese conocimiento era tan dulce, tan liberador que no podía esperar para seguir adelante.

—Fóllame ahí, Jack. Llena mi trasero con tu polla.

—¡Dios mío! —Sacó sus dedos tan rápido que casi dolió, luego escuché el lubricante de nue...