Enfrentamientos decisivos

Dimitri:

—¿Cómo te sientes, Haizel? —pregunté al entrar en la sala de la enfermería.

Ella no dijo una palabra. En su lugar, simplemente se aferró a su manta, subiéndola hasta la barbilla.

Miré a la mujer, mi enojo aún presente, pero las palabras del médico de la manada seguían resonando en mi...